Mañana mi gran amiga Atlanthis, cumple sus 25 años. Cumplir años es todo un privilegio en los tiempos que corren. Mantenerte vivo en este mundo, cuando hasta quedarte en casa, mirando la televisión o dándote una ducha es peligroso, porque la ETA puede poner una bomba justo debajo de tu balcón y volar tu casa: tu vida: tus sueños.
Cuando caminar por la calle es cada vez más difícil, porque cada vez somos más. Y algunos te intentan robar, te intentan robar el bolso, o la vida. Y a veces prefieres perder 100 euros a perder la vida por un navajazo que un desquiciado drogadicto con mono de tres días te propina en todo tu estomago.
Me duele. Me hace daño ver a esa gente, que se resguarda del frío invierno, bajo las carreteras, en el metro. Allí, se resguardan, sentados en las escaleras, o dentro, tumbados sobre colchones de cartón y arropados con mantas que recogen de la basura.
Esa es su casa. Y que se atrevan a echarles de allí.
Me dan pena, en serio. A veces me gustaría coger a uno de ellos, llevarle a casa: meterle en la ducha, hacer que se siente en la mesa, que coma todo lo que le apetezca y que duerma, luego, en una cama de verdad. Con esto no te ganarías el cielo, te ganarías su mirada y haberle dado cobijo, comida y cama a un extraño que no es ni más ni menos que persona, como tu y como yo. Solo que el cada noche duerme en la calle, sobre cartones, y tu en tu cama, arropado hasta arriba con el nórdico de plumas de oca.
Recuerdo que cuando yo cumplí mis 25 años me sentía igual que ahora, cuando voy camino de los 27. Porque en realidad mi edad, la edad que consideraba perfecta para todo: eran de los 20 a los 22. Cuando eras todo lo que te proponías ser. Cuando eras más inocente, y más tonta; y gracias a eso vives más cosas. Cuantos más años cumplimos más cosas dejamos de hacer, por miedo a miedos, por que las cosas que ya has vivido años atrás, dices que te han enseñado que eso no se debe hacer. Cuanto de equivocados estamos amigos. Haz lo que te apetezca.
Mírame a mi. Si no me hubiese mojado, si no me hubiese lanzado a venir a Barcelona, por culpa de mi pasado, por culpa de que una vez, algo parecido a esto me salió mal, me habría perdido todas las cosas buenas que me han pasado y me están pasando.
Por eso que deja de pensar en hacer o no hacer todo eso que te propones, o pasa por tu cabeza. Y no haces, por que tus principios no te dejan, o tus recuerdos, o tu misera vida, que dejará de estar hundida en la miseria desde que te lances, desde que tires de la manta que te tapa hasta no dejarte ver.
La vida es esto. Lo otro es un cuento que hace tiempo inventamos.
Cuando cumples 25 años
te contó
eigual
3 comentarios:
Una estupenda reflexión, como todas las tuyas
Pues la verdad que los 30 tampoco estan mal
Besitos
muy bien
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