Se acerca el 11-M. El día que Madrid ardió y se rompieron tantos corazones y tantas vidas. Aquel día se quedó marcado en nuestros corazones. Y toda aquella gente que decía no llorar nunca, ese día, sus ojos se inundaron de lagrimas negras, negras como el metal carbonizado de aquellos vagones de tren. Ese día me hubiese gustado, a pesar de todo estar en Madrid, a pesar de tanto dolor, me hubiese gustado estar cerca de aquellas familias, haber podido ayudar en cualquier cosa, a pesar de que yo no soy más que una persona, un número más, en la ciudad. Pero ese día sentí que Madrid vibró y mi corazón, y yo, ese día sentí el dolor de esa ciudad en mi piel.
No, no quites la televisión -le dije a mi Madre-. Del dolor también se aprende. El dolor también nos enseña. El dolor, ese que nos abre el corazón y a la vez nos lo rompe.
Nunca he entendido a la gente que no puede ver según que tipo de cosas. Cuando a veces, la realidad se muestra en cosas que nos dan miedo ver, que no queremos ver.
Ayer noche, caminaba por Barcelona, miré al suelo y pude ver un corazón sobre la acera :
No, no quites la televisión -le dije a mi Madre-. Del dolor también se aprende. El dolor también nos enseña. El dolor, ese que nos abre el corazón y a la vez nos lo rompe.
Nunca he entendido a la gente que no puede ver según que tipo de cosas. Cuando a veces, la realidad se muestra en cosas que nos dan miedo ver, que no queremos ver.
Ayer noche, caminaba por Barcelona, miré al suelo y pude ver un corazón sobre la acera :
Inevitablemente aquello, hizo que recordase todos aquellos corazones que quedaron sobre el asfalto y que cada uno recogimos como pudimos y ahora guardamos muy dentro del nuestro.
Madrid tembló, sí, y nosotros con ella.
Madrid tembló, sí, y nosotros con ella.
4 comentarios:
Lo primero que quiero decir es que aquello me pareció una salvajada y que estoy totalmente en contra de actos como este por cualquier causa.
Y lo segundo es que la gente que muere al día por hambre, enfermedades o guerras es mucha más, pero muchísima muchísima más y no salen en las notocias.
¿Es que hay vidas que valen más que otras?
Y que conste que yo tb lloré aquel día.
Todas las vidas valen lo mismo. Todas las muertes no.
Gracias por tus palabras. Yo estaba entonces en Córdoba y me vine inmediatamente a Madrid. Muchos familiares míos viven en el Pozo, donde estalló el tren.
Madrid tembló un once de marzo. Basora tiembla a diario, Bogota, El congo, Kenia, Chad, india, china, ciudad juarez, bangladesh...el mundo tiembla todos los dias. Lo que paso en Madrid, fue para mi dos cosas, algo aterrador y una muestra de que el ser humano es (somos) muy limitados. No podemos expandir nuestra alma mas alla de pocos kilometros. La gente es gente, tan maravillosa como miserable. Me gustaria leyeses esto que escribi...pero espero no te enfades mucho.
http://boogiemovie.blogspot.com/2007/11/pequeo-homenaje.html
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