Tengo que escribir. Tengo que escribir una Narración Breve. Es para un concurso: hay un premio en metálico, y hay una oportunidad para darte a conocer, para que la editorial pueda apostar por ti y por tu futuro. Esto es como la apertura de una puerta. Como la llama que enciende la mecha. Como robar un beso a quien pronto ocupará el trozo de cama que queda vacío a tu lado.
Intento escribir. De verdad que lo intento. Pero no me concentro. Desde que pienso en algo sobre que escribir, mi pensamiento da vueltas a lo mismo, y así, hasta que termino saliendo de este lugar que me hace tanta gracia que le llames "mi despacho", y corro hasta tu habitación, buscando tu olor. Me fundo con tu almohada, hundo mi nariz en ella para inundarme de tu olor, para respirar un poco de ti. Hoy te echo infinitamente de menos. De vez en cuando me hace falta echarte mucho de menos, encontrarme con tu vacío, para darme más cuenta todavía (si cabe) de la falta que me haces y de lo mucho que significas en mi vida.
Y tengo que escribir. Pero no puedo. Solo pienso en como podría solucionar todo aquello que llena tu cabeza de tristeza a ratos y miedo. Quisiera ser por un momento una guerrera para luchar contra esos monstruos que te acechan, y no te dejan respirar tranquila. Sí, tu de monstruos entiendes más que yo, de hecho, la que los mata eres tú. No yo.
Estoy feliz. Nunca he estado tan feliz en ningún sitio, lugar, o momento, como contigo.
Nunca he despertado con tanta ilusión cada mañana, como contigo.
Quisiera cumplir tus sueños. Quisiera ser para ti, al igual que tu lo eres para mi, tu sueño hecho realidad.
Quiero beberme tus lágrimas, que abraces mi cuerpo. Quiero que todo esto que siento entre por tu piel en ese abrazo, y sea la cura de tus males.
A veces te miro. No se que haces conmigo. Sonrío. Te vuelvo a mirar. Eres tan bonita, tan buena persona. Tu no lo ves, pero aquí estoy yo para decirte todo aquello que tu misma no eres capaz de ver. Yo me estoy haciendo vieja: tengo canas, arrugas, muchas estrías, una dentadura con caries, las uñas devoradas, y paro de contar, no me vaya a hacer más vieja todavía.
Ah, y mírame. No soy capaz ni de inventar ahora mismo una historia y escribirla, no soy capaz de escribir de la mejor manera que sé. Ganar ese concurso para mi sería un sueño hecho realidad, y con el premio podría llevarte de viaje a Japón. Pero mírame, ¿realmente crees que yo merezco la pena?. No escribo. No me funcionan los dedos como debieran.
Llevo parte de la tarde-noche delante del ordenador, con el word abierto tecleando tu nombre, porque no alcanzo a pensar en otra cosa que no seas tú. Porque hoy, me has sobrecogido el corazón, porque he querido detener el tiempo y abrazar tu cuerpo desnudo debajo de las sábanas. Apretarlo contra el mio y susurrarte que todo saldrá bien.
Quería haber escrito una narración preciosa. Que la leyeses. Quería hacerte un regalo esta noche. Regalarte una historia, (que la leyeses en la cama conmigo), la historia para enviar al concurso, la historia que ganaría ese concurso, pero no he sido capaz de escribir ni tan siquiera el principio. No he sido capaz ni de inventarme un título.Nada.
Solo quiero escuchar la puerta abrirse, verte entrar en nuestra habitación.
Abrazarme a ti y detener la noche.
No soy capaz
te contó
eigual
a 10:52 p. m. Etiquetas: narración breve, regalo, te echo de menos
1 comentarios:
Sabes que no suelo comentar tu blog, que prefiero decirte lo que pienso a la cara, pero... hoy la tentación ha sido demasiado fuerte. TE AMO. Gracias, gracias por todo lo que haces...
Publicar un comentario