Las apariencias...

¿Cómo es ella? -le pregunté-

Es muy guapa, tiene los ojos verdes. Muy claros, una sonrisa amplia. El pelo por los hombros. Es muy sexy. Le gusta estar guapa siempre, y que yo se lo diga. Que le diga: ¡mira que eres guapa!. Se pone muy tonta. Sonríe, y cuando sonríe ilumina la casa entera y si vamos caminando por la calle casi todo el mundo le hace un repaso con la mirada. Entonces es cuando me cojo de su brazo, como diciéndoles a todos: ¡esta mujer es mía, mía, mía!.
No solo es guapa. Es simpática, dulce, limpia, educada, responsable, trabajadora. Lo tiene todo. El otro día le dije que si me estaba tomando el pelo, que si había alguna cámara oculta y pronto alguien me diría que todo esto es una broma. Ella se rió. Yo soy todo lo contrarío. Un patán. Lo único que se hacer bien es cocinar, y ella come poco, más que poco, mejor decir que come demasiado sano. Yo puedo cocinarle unos espaguetis a la carbonara, los más ricos. Pero ella prefiere una ensalada y un poco de pechuga de pollo. Le cocino igual, pero no puedo sorprenderla con mis platos favoritos.
Es perfecta, se despierta por la mañana y va al baño, se pone una mascarilla en la cara y se puede pasar así toda la mañana. Con la cara verde. Cuando se la quita, su piel, queda incluso más suave que la piel de un bebé. Cuanto la quiero. Es maravillosa. Los sábados se sienta en el sofá y llama a sus amigas, tan educada...me pregunta que si puede telefonear a una amiga, y luego a otra, y a otra,y a otra, y así se puede pasar el resto de la tarde. Hasta que llega la noche. Cuando oscurece cenamos y nos vamos a la cama. Estos días atrás no le apetece tener sexo. Ella es tan inteligente, me dice que está pasando una etapa de desarrollo interno y que no podrá tener sexo durante un tiempo. A mi me da igual. Con dormir con ella me basta. Aunque tengamos que dormir casi con medio metro de separación en la cama, porque es tan lista y a hecho tantos cursillos espirituales que dice que por la noche si dormimos pegados nos robamos el espacio vital y no descansamos bien. Así que bien separados. No pasa nada. Ella es fantástica. Muy lista, ya ves.

El otro día me dijo que su padre está muy enfermo. Que vive en Asturias, el pobre hombre, solo y dejado. Me ha pedido que le preste mi coche, quiere hacerle una visita. Es tan buena. Le he dicho de acompañarla, pero me dice que aún es pronto para hacer presentaciones, que cuando hagamos el año. Yo la comprendo.
Mientras trabajo se queda en casa, ahora está en paro. Pobre. Se tuvo que ir del trabajo. Ella llevaba las cuentas de una importante empresa. El dueño le provocaba demasiado estrés. Y ella sabía que su jefe andaba de putas y gastaba millonadas, con lo cual la empresa caería en quiebra. Y antes de quebrar decidió irse de ese trabajo. Mientras me lo contaba lloraba, pobre. Lo pasó mal.

Ella ahora está en casa. La acabo de llamar y se ha puesto al teléfono un hombre, y he quedado extrañado. Al momento se ha puesto ella, y me ha dicho que tenemos que llamar a telefónica y quejarnos, porque últimamente las líneas se cruzan.

¿no es increíble? he encontrado la mujer perfecta. Soy un hombre felíz.

5 comentarios:

Eyes 30 de marzo de 2008, 1:36  

Me gustaria saber cual de mis posts copiaste y xq....

Q intriga...

Ese cafe cuando quieras, aunq yo tomare té.

Un saludo

Alas 30 de marzo de 2008, 13:30  

Más bien creo que es un hombre ciego. Jejeje...

Saludos alados

eigual 30 de marzo de 2008, 13:43  

eyes: Cuando tomemos, yo, en realidad un cola-cao o cocacola, y tú un té llevaré tu post y lo sabrás. Desde que te leí la primera vez te admiro, tu forma de escribir es única. Por eso no quiero que dejes de escribir nunca. Un beso guapa.

alas al viento: A veces, creemos conocer a la persona que nos acompaña pero no es así. Y no lo es porque aún no nos conocemos ni a nosotros mismos. No sabemos lo que queremos. Por lo tanto no podemos saber lo que la otra persona siente o quiere. En fin. Un lío. Je je.

Un abrazo

Anónimo 30 de marzo de 2008, 17:48  

Me resulta agradable y a la vez sorprendente el comprobar que aún hoy día y con los tiempos que corren no hay mayor ceguera que la de un hombre enamorado.

Pensándolo mejor no creo que sea ciego. Creo que se pone una venda en los ojos para no contemplar la realidad en toda su crudeza.

Rodolfo Serrano 31 de marzo de 2008, 12:17  

Un cuento muy interesante.

eigual

Empecé a escribir este blog en una época bastante importante de mi vida. Aquí he escrito poemas y relatos. De la única forma que se. Hace poco me mude a www.escriboaqui.es con las mimas ganas de escribir que nunca. Con nuevos proyectos y sueños. Disfruta de todas las palabras que se quedaron aquí.