La encuentro leyendo la revista Vale, al filo del andén. Cada día la veo allí parada, esperando a que llegue el tren. Cada tarde nos saludamos. Hoy, por fin, hemos hablado, después de que se haya dado cuenta de que no le quitaba ojo a la revista, justo por donde ella leía. Empieza ella: me dice que la ha dejado su novio, por su mejor amiga. Que se siente muy mal, que la vida es un asco. Que nunca le sale nada bien. Me aventuro a preguntarle por su edad: 17 años tiene. No puedo evitar sonreír, y me pregunta que de qué me estoy riendo. Le digo que no me río de ella, ni de su edad. Que me rió, porque yo con 17 años era igual que ella. Pensaba que la vida era un asco, que nada me salía bien cuando el chico que me gustaba no me miraba, o no me prestaba atención. O incluso la primera vez que me dejaron, un poco más mayor, lo seguía pensando. He llorado mucho a solas, no se lo he contado a nadie, porque nadie se detiene a escucharme -me dice-. Compro esta revista porque al menos, aquí, leo historias que también me han sucedido a mi, si no la misma, parecida, y me siento menos desdichada. Yo la comprendo y no se explicarle cuanto.
Puedo decirle que es joven, que tiene toda una vida por delante, que ese chico no será el último, ni el primero, que la dejarán más veces, que se sentirá sola otras cuantas. Que la vida, no es más que ensayo y error. Que las amigos también nos traicionan y que es mejor una traición a tiempo que una amistad falsa. He visto a esa chica con las lágrimas a punto de salir de sus ojos azules, y era como ver a mi hermana (de un año más de edad), sufriendo y llorando frente a una revista, sintiéndose sola en este mundo. Y yo tan lejos.
Puedo decirle que es joven, que tiene toda una vida por delante, que ese chico no será el último, ni el primero, que la dejarán más veces, que se sentirá sola otras cuantas. Que la vida, no es más que ensayo y error. Que las amigos también nos traicionan y que es mejor una traición a tiempo que una amistad falsa. He visto a esa chica con las lágrimas a punto de salir de sus ojos azules, y era como ver a mi hermana (de un año más de edad), sufriendo y llorando frente a una revista, sintiéndose sola en este mundo. Y yo tan lejos.
3 comentarios:
No sé porque las personas tenemos la extraña sensación de que si vemos a gente pasarlo peor que nosotros, eso nos alivia... ¿tan egoístas somos?
Yo también recuerdo esos 17... que tiempos aquellos en que las chicas pasaban de mí (como ahora, sólo que ahora tengo novia y no me importa...)
Bss guapa
Es una pena que se ampare en esas revistas. He visto parecidas de igual corte y son manipuladoras y no creo que reflejen la forma de ser de una sociedad normal.
Echo de menos esos textos de antes en los q me sentía dentro de ellos, ahora escribes menos, espero no te ocurra nada, un día cualquiera te escribo un correo pues me gustaría charlar contigo y conocerte más. Es la primera vez q comento.
Besos desde Lugo.
Raquel
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