Cambios

Ayer quedé con una gran amiga. La conocí en el primer trabajo que encontré en Barcelona. Teníamos algo en común, y es que parte de su familia vive en Andalucía. Ella es una de las personas que ha vivido mis primeros días en Barcelona, cuando llegué con casi lo puesto: sin ahorros, sin trabajo, sin dinero, y con un montón de deudas que me ahogaban a final de mes. Yo hacía bromas, en el trabajo, con mi estado de pobreza. Les hacía reír cuando les decía que los vaqueros que llevaba puestos eran los únicos que tenía y que no los lavaba porque si no, me quedaba sin ellos hasta que se secaban. Que las zapatillas se estaban empezando a rajar por la suela, y que cuando pisaba algún charco se me mojaba el calcetín. Ellas se reían, no por mi situación, sino por la forma en que contaba todo, con sentido del humor y con una sonrisa en la boca, siempre.

Cada día intentaba hacer reír a la gente de la sección en la que trabajaba. Compraba con los euros que mi pareja me dejaba para desayunar con ellas alguna mañana galletas en el supermercado y nos las comíamos mientras trabajábamos entre risas y complicidad. Cuando notaba que alguna estaba triste, la animaba haciendo un poco el tonto. Aquello era una campaña, y diré la verdad: nos pagaban muy poco, y yo andaba buscando otro trabajo, pero sabía que si me iba de allí perdería algo que no pagaba el dinero: las risas y la compañía de aquella gente.
Teníamos un jefe de sección que era como nosotros o peor aún (de alocado y gracioso) y en el ascensor, que era un monta cargas, nos subíamos toda la sección, con nuestro jefe, para ir a recoger las dichosas carpetas con las que trabajábamos y ese monta cargas, los 4 pisos que subíamos lentamente, se llenaba de risas, y nuestro cariño iba creciendo, más y más.

Lo malo fue que poco a poco desaparecimos de allí. Uno a uno. Poco a poco. Recuerdo que a veces decíamos: si tu te vas, me voy yo. Es que, en realidad aguantábamos allí porque nos lo pasábamos muy bien y porque vernos a la ocho de la mañana de Lunes a Viernes en el trabajo nos llenaba de alegría.
Pero esa fue una época como muchas que he tenido. La vida está llena de momentos como esos, irrepetibles. Y vendrán más momentos para no olvidar,y para recordar en días como hoy.

Cuando quedé con mi amiga, nada mas verme me da un abrazo y dos besos. Me mira de arriba abajo. Le digo que tengo nuevos vaqueros, y ademas piratas, y que no son del mercadillo. Que tengo nuevas zapatillas, más bragas y calcetines. Y ella se ríe. Y su sonrisa suena igual que en aquellos días. Le cuento como ha ido mi vida, desde ese Diciembre en que dejamos de vernos cada mañana: mi vida ha cambiado mucho, ahora llego mejor a fin de mes, tengo un trabajo que me encanta en el que hace un mes me hicieron fija, que tengo tiempo para escribir, que he conocido a gente maravillosa que me han brindado oportunidades increíbles. Que he cumplido mas sueños y que soy más feliz. Ella me mira con admiración. Me dice que yo soy un ejemplo a seguir, y yo me río, porque no creo ser ningún ejemplo. Solo que hay que luchar por lo que uno quiere, hay que arriesgarse. Y sobre todo, tenemos que rodearnos de buena gente, que la mala ya aparece sola.

Cuando nos despedimos en el metro pienso que tardaré mucho en volver a verla y siento pena.
Pero más tarde sé que no tardaremos en vernos. Porque he tomado una decisión: le tengo que decir algo que nunca le he dicho.
Y se lo tengo que decir ya.

1 comentarios:

Josemy 18 de julio de 2008, 10:12  

Eigual, yo también te lo digo eres un ejemplo a seguir, has luchado por tus sueños, y los estás consiguiendo...

Sea lo que sea, has de decírselo, pero ya. No esperes mucho tiempo, es más, ya deberías haberselo dicho.. desde que se te ocurrió, haberla llamado, y habérselo dicho...

Lo único bueno que tiene la vida, es eso, los buenos momentos que de vez en cuando nos deja....

Bss

eigual

Empecé a escribir este blog en una época bastante importante de mi vida. Aquí he escrito poemas y relatos. De la única forma que se. Hace poco me mude a www.escriboaqui.es con las mimas ganas de escribir que nunca. Con nuevos proyectos y sueños. Disfruta de todas las palabras que se quedaron aquí.