El vidrio quebrado
el sonido que hacía
sobre la barra de aluminio.
Tu voz,
que encuadernaba mis ideas.
Moldeabas mis días,
aquellos llenos de nada y de todo.
De vacío.
Aquella inesperada ausencia,
que quedaba cuando se cerraba la puerta.
El verano llegaba,
las puertas de tu coche se abrían,
de par en par.
Y tu corazón.
El pedal del acelerador,
se enredaba con tu pie,
subía por tu pierna,
hasta alcanzar tus pantalones
de pirata blancos.
Y yo jugaba a cambiar,
el ruido del cristal
por las olas del mar.
Inventando excusas,
para no volver
a la ciudad.
No sé que daría,
por volver a ver,
el mar,
reflejado
en tus ojos.
Mar de ausencia
te contó
eigual
3 comentarios:
No está mal (y eso que yo no soy de poesía la verdad) Ella, siempre ella. El amor es la peor droga que existe. El precio que daría por ver el mar en sus ojos es incalculable, así que es mejor pagar lo que tenemos en olvidarla.
Salud compadre. (de otro exiliado de su tierra, ay Sevilla mía, en Zaragoza)
Muchas gracias Luis. He visitado tu blog y he de decirte que me ha gustado: el diseño y comovescribes. Un saludo.
Al igual que Luis, esto me ha encantado:
"No sé que daría,
por volver a ver,
el mar,
reflejado
en tus ojos"
Me haces sentir tus palabras, me imagino el coche, la situación... ;) Y de fondo una puesta de sol...
Bss guapa
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