Mi primer lote de Navidad me lo dieron en un Bar en el que trabajé durante 6 meses. Estaba muy bien, había buena gente y cada mes cobraba 900 euros.
Llegó la Navidad, de aquel año, (la anterior no, la otra) y nuestro lote de Navidad, fue:
Una caja de polvorones, una botella de cava, del malo, y café en grano (vete a saber como pretendía mi jefe que me hiciese el café sin regalarme al menos, un mini-moledor de café). Todo eso metido en una bolsa de plástico, que recuerdo, olía a perros muertos (la bolsa).
Por eso, este año, veo los lotes que le dan a la gente en sus empresas y me tengo que quitar el sombrero y limpiarme la baba que se me cae al contemplar tanto glamour.
Y yo, este año, no me quejo, porque mi regalo de Navidad ha sido sin duda alguna: el trabajo que tengo. Y sí, he tenido lote: una botella de cava (del bueno) y dos turrones (del bueno) todo eso metido en una bonita caja de cartón de color azul, y dentro, un calendario de la empresa donde resaltan los días festivos, y me recuerda, que el año que viene, el día 25 y 26 caen en Jueves y Viernes respectivamente, y aquí en Barcelona será fiesta, lo cual quiere decir, que menudo puente voy a pillar, para irme, por ejemplo, a Granada, a ver a mi familia y a pasar parte de la Navidad con ellos.
Todo esto, contando con que siga en ese trabajo. Que espero seguir, porque estoy contenta, con el trabajo, con mis compañeros tan especiales, con mi jefa y con el lote que me han dado, que por cierto ojalá pudiera llevarlo a mi casa por Navidad. Decirle a mi Madre: mira, mamá, mira lo que me han dado en el trabajo y brindar con cava por la vida, que acaba de empezar, y por las cosas buenas que están por llegar.
FELIZ NAVIDAD A TODOS.
A caballo regalado no le mires el diente [o algo así] Y FELIZ NAVIDAD
te contó
eigual
2 comentarios:
Brindemos por ello. :-)
Igualmente!
Publicar un comentario