La vieja "podrida"

El metro, nos come, cada mañana, con su enorme boca. Entramos, como podemos, en el vagón, y un hombre cruza de milagro las puertas: nos empuja. Como si su vida dependiera de entrar, o no, en el vagón.
Bostezamos para no dormirnos en nuestra rutina diaria.Con música para mantenernos despiertos.
Gente, que como tú, cada mañana se tira de la cama para ir al trabajo: para enfrentarse con la vida, con los ojos bien abiertos.

Cada mañana, desde hace tres mañanas solamente, acudo a mi cita diaria, a una pequeña plaza, que creo no tiene ni nombre, hay tres bancos, uno de ellos está roto.
Me siento en uno que está al lado de otro banco, en el mientras me como el bocadillo y miro a la gente pasar. Y el sol me cubre por completo y me calienta el cuerpo y el alma.
Hoy, la he conocido a ella. Una mujer mayor, a la que llamo: vieja. Porque ella misma me a dicho que es una vieja: una vieja podrida (según ella).
Me he sentado junto a ella. Nadie se quiere sentar a su lado, de echo, hay dos bancos juntos, y ella ocupaba todo un banco, el otro estaba libre, y en el me he sentado yo.
La mujer llevaba como pertenencias únicas y exclusivas: dos carros de la compra, con las ruedas medio rotas, y repletos de bolsas.
Al sentarme a su lado me ha mirado, y yo he hecho lo mismo: la he mirado, porque es imposible no mirar a esa mujer, porque aunque en Barcelona haya millones de personas como ella: esta era especial.

Y ha comenzado a hablar conmigo, sin yo decirle nada:

"....el frío no nos mata niña, el frío nos hace sentirnos vivos. Mira...mírame, yo vivo algunas noches en los portales, de los que no me echan, porque soy una vieja podrida, una vieja jorobada y podrida. Esto.. ( y señala sus dos carros) ..esto...forma parte de mi casa. La gente piensa que no se hablar, que soy tonta, o loca a parte de estar podrida, pero no se me escapa una. Creo que por eso sigo viva. Mi casa es la calle, este banco de madera es a veces, mi cama, en verano. En invierno tenemos albergues, tenemos portales, e incluso contenedores, pero ahí es muy peligroso, aunque te tapan muy bien del frío.
Esto... (y saca mantas de dos bolsas) esto son las fundas de mi cama, mira... mira que bonitas, me dan calor cada noche, esto es un tesoro, por eso no puedo dejarlo en el albergue, porque me lo quitan, me lo quitan, ya me lo han quitado alguna que otra vez.Y he tenido que dormir casi muriendo de frío. Pero sigo viva, soy mas dura que el acero. Que ésta joroba, niña, esta joroba es de trabajar y de tener que bajar muchas veces la cabeza y el cuerpo para sobrevivir. Niña, que te voy a contar, seguro que tienes abuelos. ¿No tienes? pues ya tienes una abuela. Una vieja podrida, que tiene la casa más grande, nadie tiene una casa tan grande como yo: mira ( y señala las calles, los coches, el cielo) mira que grande es mi casa...."

Tengo que dejar de mirar a la vieja. De escuchar a la vieja, porque estoy llorando. Me pongo las gafas de sol. Pienso: maldita vieja que me ha hecho llorar y todo. Ojalá tuviese dinero para poder ir y comprarle algo a la vieja. Darle dinero a la vieja para que se lo gaste en lo que quiera. Para que se compre otro carro, que a uno de ellos se le ha roto una rueda y le cuesta trabajo hacerlo andar. Pero no tengo un céntimo: cruzo la carretera. Voy al banco a pasar la cartilla, si he cobrado le daré a esa vieja algo de dinero: será su regalo de Navidad. Pero no he cobrado.
Cuando vuelvo, una mujer que estaba sentada delante mía, mirando a la vieja, ha escuchado toda la historia, y creo que emocionada se ha acercado a ella. Le va a comprar comida (o eso veo y algo escucho) : me alegro que lo haga, yo habría hecho igual de tener dinero.

La vieja espera, a la mujer, que ha ido a comprarle comida a una cafetería que hay enfrente.
¿Te puedo grabar en vídeo? -le pregunto a la vieja-.
No niña, no me grabes, no me gusta la televisión.Me hace más podrida de lo que soy.
Sonreímos. La vieja a pesar de todo sonríe. Que gran ejemplo para toda la gente que en ese momento nos rodea, incluida yo.

Por eso, cuando no mira, me alejo un poco y la grabo, para enseñaros a la vieja que esta mañana me ha enseñado una gran lección: "Que no por mucho tener se es más feliz". Y me he sentido como una estúpida, porque estoy todo el día pensando en comprar cosas, en el dinero, en que no puedo hacerle regalos a nadie, con lo que a mi me gusta hacer regalos: porque ahora mismo el dinero me viene muy justo. Y la vieja me ha enseñado hoy, una gran lección: que lo importante es seguir vivo: seguir sintiendo, respirando el aire cada mañana, aunque no tengas esa cosa material, o ese dinero en el banco, que tanto te gustaría.

Aquí os dejo el vídeo que he preparado para compartir con vosotros:


2 comentarios:

X 13 de diciembre de 2007, 0:19  

Acabarás en Callejeros. xD

Dejame que te cuente 14 de diciembre de 2007, 14:37  

Que joia eres..
como me haces llorar...¡¡¡
necesito chobasquero pa entrar a leerte..
no puedo decirte mas...
pero sé que tu ya sabes lo que quisiera decirte...

:´(

eigual

Empecé a escribir este blog en una época bastante importante de mi vida. Aquí he escrito poemas y relatos. De la única forma que se. Hace poco me mude a www.escriboaqui.es con las mimas ganas de escribir que nunca. Con nuevos proyectos y sueños. Disfruta de todas las palabras que se quedaron aquí.