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Y creo esta historia:
Mi novia me dejó.
Me dijo: Ya no siento lo mismo por ti. Pero mi novia me estaba mintiendo. Me dejaba porque ya se había cansado de verme cada día a su lado, de la rutina, del mismo sexo cada noche.
Mi novia tenía que perderme para saber quien era realmente quien dormía a su lado cada noche:
Una persona única, fuerte, con vida propia, con un físico ideal, especial, en fin: su media naranja.
Mi novia tenía que perderme para volver a querer encontrarse conmigo.
Y me perdió. Me fui de su lado.
Se dio cuenta de que quería estar conmigo, pero ya fue demasiado tarde. Mi novia, que ya no era mi novia, quería tener las dos cosas: una vida conmigo y una vida sin mi.
Las dos cosas no se pueden tener - no le dije- mirando sus ojos, aquella tarde, cuando nos despedimos dentro de su coche.
Yo he tomado otro rumbo. Ella lloró. Vi como el amor que sentía por mi se derramaba allí, en los asientos del coche, pero ya era tarde: yo había tomado otro rumbo. Había empezado a escribir mi propia historia.
El coche se desangraba de amor por las puertas. Y yo salí de aquel coche. Nunca más nos volvimos a ver. Ella no quiso.
Ahora no quiere saber nada de mi, o eso dijo. Pero yo se que ella me lee, que sabe lo que hago a cada momento. Se que entra aquí, que recuerda mis claves de acceso a mis cuentas de correo: que las mira. Se que me espía en silencio, y sabe a cada momento lo que hago o con quien voy.
Pero nunca me dirá nada. Quizá por que me sigue queriendo o quizá porque me odia.
Yo no se nada de ella, y ahora, a estas alturas, tampoco se si quiero saberlo.
¿Buscas qué ha sido de tus 'ex' a través de internet?
te contó
eigual
1 comentarios:
me haces llorar niña..
uf..
como urgas en donde mas me duele¡¡¡
:´(
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