¿Y tú, que quieres?

Cuando voy en el metro me fijo en la gente. Lo que más me gusta del metro es la gente. Sus caras por la mañana. Mientras espero mi parada, les vigilo con mi mirada, les hago un mapa a sus caras: me voy preguntando de donde vienen, a donde van, si son felices, o si no lo son.
Otras, me miro a mi. Miro mi reflejo en la ventana de la puerta. Me veo, y lo que veo me gusta. Hacía tiempo que no me pasaba eso.
Llego a mi parada, y todos salimos del metro como hormigas, diminutas hormigas, buscando salida desde un agujero negro. Somos esclavos de la rutina. Cada día hacemos lo mismo. Por eso yo intento que cada día sea diferente. Haciendo cosas diferentes. No hacer siempre lo mismo, aparte de subir al metro e ir hasta el trabajo.

Últimamente mi compañera de trabajo y yo nos reímos con tan solo mirarnos. A la hora del almuerzo no podemos comer una frente a la otra, porque si no, tanto ella, como yo, corremos el riesgo de una ducha inminente de comida a causa de la risa incontrolada que provoca que la boca se abra, y en fin... supongo que es imaginable. Pues eso. Me dice que le gusta venir a este trabajo, y que nunca antes le pasó eso en ningún otro sitio. Yo le respondo que lo mismo. Me siento como en las prácticas universitarias, rodeada de compañeras de clase: buenas amigas.
Y encima me pagan ¿qué más se puede pedir?.

A veces me quedo en mi mundo, según ella: en los matorrales, o encima de una nube. Últimamente pienso mucho en el futuro, le digo. Se ríe de mi, me dice que el futuro es para los ricos. Que nosotras tenemos que pensar en el presente y fundirlo.
No, -le digo-, yo pienso en el futuro. Quiero ganar más dinero (aunque eso conlleve a tener dos trabajos), quiero terminar de escribir mi libro.Quiero sentir, lo que siente la gente que hace planes para irse un fin de semana a Galicia o Italia. Quiero ir a casa y poder llevarles regalos a mi familia. [silencio]. Y quiero que todo eso se cumpla... [silencio].
Me mira.
La miro.
Las otras dos nos miran O_o, [mientras comen alucinan con la clase de conversación que tenemos]
Las miramos. Nos miramos todas.

¿Cuando dices que públicas tu libro? -añade ella-.

Risas. Y yo echando comida por la boca.

4 comentarios:

Unknown 7 de noviembre de 2007, 11:18  

Ja,ja...ayer tuve que montar en el metro y la verdad estuve observando a la gente. Unos dormían otros miraban al suelo como perdidos. Me deprimió un poco , prefiero el bus.

Que suerte de tener una compañera confidente, la mia tiene 58 años e imaginate.

Besos

Anónimo 7 de noviembre de 2007, 14:32  

Hoy me he levantado muy prontito, y me lo he pasado genial en el trayecto de metro. Es curioso. A mi me parece divertidísimo inventarme las historias de la gente que va en él.

:) Un abrazo.

Qué bueno que se te pasen así los días de trabajo, tan feliz. :)

(Yo quería perseguir un futuro, y he perdido el presente)

Dejame que te cuente 7 de noviembre de 2007, 19:11  

y yo quiero que todo se te cumpla...
;-)

eigual 7 de noviembre de 2007, 20:51  

maría (luna): Odio los semáforos en rojo, por eso me gusta más el metro....
58 años? vaya, pues si, ya me imagino....pero pasaré de hacer comentarios jeje...

meike: Mira, no soy la única que inventa historias, hoy mismo me ha pasado una cosa muy curiosa con un chico en el metro (quizá la escriba y la cuente en el blog). Eso de que has perdido el presente...mmmm. no entiendo muy bien...Pero si necesitas cualquier cosa, ahí tienes mi e-mail, si de algún modo te pudiese ayudar..ya sabes ;)

fire: Y yo quiero que así sea..
Gracias, como siempre estás ahí. Eres un encanto...

eigual

Empecé a escribir este blog en una época bastante importante de mi vida. Aquí he escrito poemas y relatos. De la única forma que se. Hace poco me mude a www.escriboaqui.es con las mimas ganas de escribir que nunca. Con nuevos proyectos y sueños. Disfruta de todas las palabras que se quedaron aquí.