Aquellas tardes, escuchaba llover tras las cristaleras de mi habitación. Hacia frío, en aquella habitación o hacia mucho frío o mucha calor, nunca había un intermedio para poder sobrevivir allí de la mejor manera posible.
Yo creo que el corazón se me hubiese helado en aquel mismo momento, si no hubiese sido porque lo tenía intacto: porque ya se había curado de sus heridas. Necesitaba escribir. Escribía desde mi portátil, tirada en el suelo de aquella habitación. Con la lluvia golpeando en los cristales.
Bonita postal.
Soñaba con enamorarme, aunque yo escribía de amor, pero no creía en el, no al menos como antes.
Trabajaba detrás de la barra. Me había enamorado de mi trabajo. De mi rutina. No hubiese cambiado esa vida por nada, pero la cambié, porque cometí el mayor error de mi vida, y eso me provocó unas consecuencias que hasta el día de hoy pago.
Por otra parte, me alegro de que todo transcurriese de ese modo, porque si todo aquello sucedió para estar hoy en el punto que estoy: me alegro.
Lo que ocurre es que me pongo triste cada vez que recuerdo aquello.
Y no se si será porque echo de menos a mi familia.
A aquella ciudad de la que tanto deseé escapar en tantas ocasiones.
O porque simplemente , me tiene que bajar la regla.
Se va...el Domingo se va...
te contó
eigual
1 comentarios:
"..yo no practico el arrepentimiento" [Mala Rodriguez]
Disfruta de lo que tienes, muchachita. Que lo que pasó, ya no puedes cambiarlo.
Además, piénsalo, cada error, cada paso en falso, te ayuda crecer, a aprender por tí misma.
(Y de eso no es capaz todo el mundo)
Un abrazo, :)
Publicar un comentario