Llegué el 8 de Septiembre.....

...A Barcelona, después de un largo viaje en tren desde Granada.
2 meses hizo el pasado 8 de Noviembre. Desde que llegué he conocido a gente que merece la pena.
Gente que me recuerda que la amistad sigue existiendo.
Solamente me separan 2 meses de Granada y un montón de kilómetros, pero parece que me separen unos cuantos meses más, y que no existan kilómetros (no al menos en mi cabeza).
Esta mañana, cuando he abierto los ojos y me he dado la vuelta, para seguir durmiendo, estaba soñando despierta: me iba a comer con mi familia, y cuando llegase a casa mi novia y yo veríamos una película juntas, en la cama, comiendo gominolas.
Una pequeña lagrima me ha recorrido la cara, cuando al volver a darme la vuelta me he dado cuenta que la primera parte no podía ser, pero que la segunda quizá sí. Entonces esa lágrima se ha secado. Y más, cuando ella me ha dado los buenos días y me ha mirado.
He de asimilar que no, que no les podré ver. Que no voy a poder más que rozar la voz de mi hermana diciendo que me echa de menos, o la de mi Madre, diciéndome que lo siente. Mi hermano, preguntándome que cuando voy a ir a verles, y que cuando le voy a mandar la tarjeta que le prometí de la NDS. Y mi otra hermana, la más pequeña, preguntándome si iré pronto.
Les digo que sí, que ya mismo iré: sólo se decirles eso, sabiendo que no podré ir, y no es que no lo sepa, es que lo sé: no podré ir, no al menos en mucho tiempo.

Desde que he llegado tengo trabajo. No gano mucho, bueno, no es que no gane mucho, es que tengo bastantes gastos. Ella en más no puede ayudarme, e indirectamente la gente que tengo alrededor tampoco.
Desde que llegué solo pienso en tener dos trabajos. Porque solo con eso podré cumplir algunas cosas. Desgraciadamente todo, en esta vida, se consigue con dinero: hasta el amor, porque si eres rica, siempre habrá alguien dispuesto a cumplir sueños contigo.
Cada mañana me despierto pensando en que ojalá me llamen de algún trabajo de fin de semana, o uno de Lunes a Viernes, con el que pueda empalmar mi actual trabajo. Pero no me llaman, y si lo hacen, es para ofrecerme trabajos con entrevistas muy raras de las que salgo peor que entro.
Necesito ese trabajo extra, es más, necesito que no me larguen del trabajo que tengo ahora, que todo puede suceder, porque esta semana hacen una selección de personal y no sé si yo seré una de las elegidas en quedarme. Tocaremos madera.
Necesito ese trabajo extra, porque de no conseguirlo no podré enviarles un regalo a mi familia. Ni siquiera a mi novia. Y las calles me darán vértigo, porque solo habrá gente comprando regalos y preparando cenas de Navidad, y yo, deseando que la Navidad termine. Porque para mi, la Navidad sin poder hacer regalos, sin poder salir con mi novia de la mano por la ciudad, y poder invitarla a merendar o cenar, es como una pequeña broma.

Y hoy me he sentido algo gilipollas.
Porque:

"Yo no mato monstruos,
yo no te escribo cartas,
ni te hago regalos.
Yo no te puedo intrigar.
Pero soy yo,
quien te espera,
al otro lado del pasillo.
Soy yo quien te quiere,
quien piensa en ti,
mientras escucho espadas
y me como unos cereales"


Sé que todo es un juego. Pero a veces, por lo vivido y sabido, ocurre que nos montamos películas en nuestra cabeza. Y entonces es, cuando actúan las inseguridades. Pero de esto, prefiero hablar otro día. No estoy triste, solo lo parece.