Cosas que se escriben alguna vez


Hoy tengo un día de esos en los que las ideas van y vienen en mi cabeza. Podría escribir: escribir sobre mi día de hoy, sobre cosas que me han ocurrido, pero.. he decidido que no. Que el día de hoy, desde las 8:30 hasta las 17:30, lo quiero meter en una caja y tirarlo al mar. Porque hay cosas que es mejor dejar en el olvido, y más aún cuando me espera un fin de semana para disfrutar.
Por eso, dejaré aquí colgado, algo que escribí una vez y que nunca nadie leyó:

6 de Marzo de 2007


Lo que no quiero que pase:
Nos hemos encontrado, después de tanto tiempo sin vernos.
Hemos estado cara a cara. Nos hemos mirado durante mucho rato, pero no sabíamos que decirnos.
Parecíamos dos desconocidas, que acaban de conocerse y apenas saben decirse hola.
Parece mentira que hayamos estado juntas tanto tiempo.
Apenas se decir tu nombre, y me he dado cuenta de que hay cosas que me pienso dos veces si decirte o no.
Como por ejemplo hablarte de mi vida, de cómo me va todo.
Tú me miras y no reconozco esa mirada.
Es como si nunca antes me hubieses mirado.
Se perdió la magia con la que se intuía lo que se deseaba, con tan solo una mirada.
La magia no existe ya. El amor tampoco.
Queda el cariño.
Me miras como quién mira a alguien a quién lleva mucho tiempo sin ver.
Me miras con la mirada alegre, por la cual se escapa un halo de añoranza.
Quizás porque aquellos besos olvidados hoy producen una extraña confusión.
Quizás porque ahora en tu cama duerme otro cuerpo. Otro cuerpo que se acopla al tuyo de manera natural.
Quizás ahora te cuidan con amor.
Quizás has encontrado a tu pareja, esa que todo el mundo busca en sus sueños y que es tan difícil de encontrar.

Me pregunto si ella te dará aquello que yo no te supe dar, si me echas de menos o si a veces la llamas por mi nombre sin querer.
Te tengo en frente y parece que estés a kilómetros de distancia.
Será que el tiempo que ha pasado por las dos, ha distanciado nuestras almas; nuestra forma de mirarnos. De decir aquello que nos apeteciese decir dando igual el momento y el lugar.
Una lástima, me repito una y otra vez. Mientras intento buscar en tus ojos aquella mirada con la que me decías: “te quiero” sin hablar.


Lo que está pasando:


Noto que tus labios no me buscan como antes. Ni tus manos buscan con deseo mi cuerpo. No se que extraña distancia (por llamarla de alguna manera) nos ha empezado a distanciar. Si lo supiera lucharía contra ella y la destruiría. Pero no se que armas he de tener para luchar contra ella, porque además, ya no se si la distancia existe de verdad, o no. Ya no se si la distancia es producto de mi imaginación o no. Intento acercarme a ti. Quizás soy yo la que provoca esta maldita distancia – me digo- . Por eso intento acercarme más a ti. Pero queda ahí. Te noto paralizada ante mis caricias, como deteniendo mí acercamiento con amor hacía ti. Como si no desearas tanto como yo el hacer el amor. O tan sólo el darnos caricias y ternura. Entonces es cuando siento que me ahogo.
He cometido muchos fallos: sólo quiero corregirlos. Aprender de ellos. No convertirlos en un luto para siempre, y llevarlos cargados a las espaldas el resto de mi vida. No. Quiero enterrarlos y aprender de todo aquello en lo que he fallado, en lo que me he comportado de forma inmadura y egoísta. Y no volver nunca más a cometer los mismos fallos. A no volver a ser nunca más esa persona inmadura que fui. Confío en ti, por que si no confiase no estaría escribiendo esto, que de una u otra forma es una forma más de luchar por ti, por lo nuestro. Confío en ti, por eso cada mañana que me despierto pienso que quizá hoy tu te acerques a mi, pienso que quizá sea hoy cuando note que me deseas tanto como yo a ti. Pero cada noche, me duermo pensando en lo mismo, me duermo con la ausencia de lo mismo. Y eso me hace pensar que quizá se ha perdido la pasión. Si es así esta relación comienza a entrar en una fase que bien podría denominarse: el principio del fin. Y me provoca angustia y tristeza.
Me apetece mucho acercarme a ti: hacerte el amor. Pero no soy capaz. No soy capaz porque me aterra que tú no quieras hacer el amor conmigo. O que lo hagas tan solo porque piensas que pueda hacerme daño el rechazo. Y lo que más me duele es esta laguna de dudas, que ni siquiera me atrevo a preguntarte porque después de mis fallos, lo mínimo que mereces es tomarte tu tiempo.
Quizá no te conozco tanto como me imagino, pero a veces tengo la sensación de que un día me dirás que tienes que hablar conmigo: y me dejarás. Me dirás que no sientes lo mismo por mi, que esto se ha terminado. Pero que como amiga te tengo para lo que necesite.
Entonces es cuando no quisiera conocerte. Quisiera no conocerte y equivocarme una vez más.
Quisiera que nada de esto ocurriese y que un día tú te acerques a mí y me desees tanto como yo te deseo a ti en estos momentos.


30 de Marzo de 2007


Lo que sigue pasando:


Vuelve el frío a casa. Hace días que lo noto aquí instalado. El frío duele. Quizá nadie ha oído nunca hablar de eso, de que el frío duele.
Duele mucho. Más que cien cuchillos clavándose en tu pecho.
Porque el frío además de doler te hiela el alma.
Y no se que hacer. Estoy completamente pérdida.
Te miro y lo que veo es un mapa en el que no me localizo. No me hallo. No me veo.
Creo que te pasa algo conmigo y no quieres hablar.
La respuestas a mis preguntas son: que estás agobiada: dinero, trabajo, estudios.
Y yo te busco, con mis palabras, pero eres tan contundente que mis manos no te alcanzan, se paralizan ante ti.
Porque con tu posición, esta que tanto te aleja de mi, lo único que consigue es que la distancia entre tu y yo crezca, y un día, no muy lejano, tu mano y la mía no se alcanzarán. Y nuestras miradas, serán frías, y ajenas. No nos miraremos con los mismos ojos.
Seremos dos extrañas que duermen en camas separadas.
Dos extrañas que han dejado de conocerse.
Y no quiero que eso ocurra.
Pero yo ya no se que hacer.
Ahora mismo mi vida está coja. Me falta el trabajo, una base importante. Demasiado importante.
No dejes que este silencio y esta lejanía se apodere de nosotras.
No lo hagas. Porque de esta forma mi vida se quedará a la deriva total.
No aguantaré esta situación y tendré que coger las pocas cosas que tengo y huir a alguna parte, para salvarme la vida.
Porque no se que mata más: Si estar contigo sin sentirte cerca. O estar sin ti.
No dejes que esto ocurra.
Ven: acércate a mí. Dame la mano. Yo también tengo los mismos miedos. Yo también sufro. Pero sufro más si te alejas. Si no coges mi mano para saltar de un día a otro.
¿No crees que de mi mano se camina mejor?
¿No piensas que mi hombro puede calmar tus temores?
¿Qué mis manos puede acariciar tus mejillas, y mis ojos transmitirte la calma que necesitas?
Si. Estoy aquí. Pero vuelve. No tardes, no tardes tanto porque no se cuanto puedo aguantar en esta situación.
Y tampoco se cuanto puedes aguantar tú.
No lo sé y ese es el temor que me mata.
Te necesito y lo grito.
Me necesitas: demuéstramelo. Ábreme la puerta.


Notas:

1.- Gracias a quién sea, esa historia terminó. Y es ahora, cuando te relees, cuando te das cuenta que todo era tan fácil como salir por la puerta, y aunque dolió, dolió mucho, hoy me alegro de que toda aquella historia tuviese final, porque de no tenerlo, yo me habría cortado las venas en el baño y ella se habría suicidado al verme a mi. Todo pasa por algo: lo mejor está siempre por llegar..


2.- [podría haber posteado algo más alegre, pero era lo único que tenía guardado, y a mano].


3 comentarios:

Anónimo 10 de noviembre de 2007, 13:16  

Ahora me despierto ¡vaya horas!,y no me conoces Eigual. Pero yo a ti si, te leo desde hace mucho tiempo, siempre en el anonimato.
Si no me equivoco aquí hablas de tu ex. Pienso que tu ex se perdió la suerte de estar con alguien como tu, que lo entrega todo. Algunas personas no merecen que lo entreguemos todo por ellas.
¿Ves? Yo tenia que encontrarme con alguien como tu. Formaríamos una pareja perfecta. Pero tienes novia. Y yo no se tirar los trastos ni robar novias. Je, je, je.

eigual 10 de noviembre de 2007, 19:05  

anónimo: Hola de nuevo. Gracias por la información de que no te conozco. Me picaba la curiosidad por eso te lo pregunté.
Sí, hablo de mi ex novia.
No creo que mi novia se perdiese nada. Yo creo que desde que lo dejas con alguien, no pierde nadie, porque si se termina la relación es porque ya no quedaba más que aportar a la relación.
Sobre lo de encontrarte con alguien como yo..ejem..últimamente soy muy sosa y aburrida ;)
Lo de robar novias es un tema aparte. Dudo que alguien pudiese hacerme cambiar la idea de que la persona que tengo al lado es a la única que amo y deseo cada noche.

Gracias por responder.
Un abrazo mujer anónima.

eigual 10 de noviembre de 2007, 19:06  

corrección: donde dije: "No creo que mi novia se perdiese nada" quería decir: "No creo que mi EX novia se perdiese nada".

ups... ;o)

eigual

Empecé a escribir este blog en una época bastante importante de mi vida. Aquí he escrito poemas y relatos. De la única forma que se. Hace poco me mude a www.escriboaqui.es con las mimas ganas de escribir que nunca. Con nuevos proyectos y sueños. Disfruta de todas las palabras que se quedaron aquí.